A 24 horas para que se cumpliera la fecha del 10 de enero, prevista en la Constitución venezolana para la toma de juramento del vencedor en las elecciones del 7 de octubre, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) avaló la postura del chavismo de posponer sin fecha la ceremonia, hasta que Hugo Chávez, enfermo de cáncer, pueda hacerlo.
La máxima instancia judicial del país, que no ha fallado una sentencia en contra del chavismo desde hace más de una década, prolonga de esta manera al actual Gobierno que, en ausencia del jefe de , seguirá encabezado por el vicepresidente, Nicolás Maduro. Asimismo, rechaza la tesis de la oposición, que consideraba que la ausencia por enfermedad de Chávez, que le impide que jure un nuevo mandato hasta 2019, era motivo para que el presidente del Asamblea , Diosdado Cabello, asumiese la presidencia de forma interina y convocase elecciones en un plazo de 30 días.
“A pesar de que el 10 de enero se inicia un nuevo periodo constitucional, no es necesaria una nueva toma de posesión en relación al presidente Hugo Chávez en su condición de presidente reelecto”, indicó la presidenta del TSJ, Luisa Estella Morales.
“Artículo por artículo”. La magistrada, compareció ante la prensa para dar lectura a una “ponencia” que, dijo, fue objeto de una deliberación conjunta de todos los magistrados “artículo por artículo, punto por punto”.
El artículo 231de la Constitución, que instruye sobre el juramento presidencial, establece que “si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia”.
El martes, el vicepresidente Maduro dijo que Chávez no podría estar hoy en el acto de juramento “de acuerdo con las recomendaciones del médico”.
La presidenta del TSJ señaló en su comparecencia que la “juramentación puede efectuada en una oportunidad posterior al 10 de enero del 2013 ante el TSJ, de no poder realizarse dicho día ante la AN”.
Al no limitar el plazo que debería cumplir Chávez, la situación actual —un gobierno con un presidente virtual— podría extenderse meses e incluso años, mientras no se produzca una mejoría en la del mandatario que le permita regresar a Venezuela.
Crítica de Capriles. El líder de la oposición y candidato presidencial, Henrique Capriles, lamentó que el Tribunal Supremo dictara de forma “partidista” para beneficiar al gobierno.
“Es obvio que el TSJ decidió sobre un en el que el del Gobierno necesitaba el aval; es lamentable porque las instancias no deben responder a un partido”, declaró.
La máxima instancia judicial del país, que no ha fallado una sentencia en contra del chavismo desde hace más de una década, prolonga de esta manera al actual Gobierno que, en ausencia del jefe de , seguirá encabezado por el vicepresidente, Nicolás Maduro. Asimismo, rechaza la tesis de la oposición, que consideraba que la ausencia por enfermedad de Chávez, que le impide que jure un nuevo mandato hasta 2019, era motivo para que el presidente del Asamblea , Diosdado Cabello, asumiese la presidencia de forma interina y convocase elecciones en un plazo de 30 días.
“A pesar de que el 10 de enero se inicia un nuevo periodo constitucional, no es necesaria una nueva toma de posesión en relación al presidente Hugo Chávez en su condición de presidente reelecto”, indicó la presidenta del TSJ, Luisa Estella Morales.
“Artículo por artículo”. La magistrada, compareció ante la prensa para dar lectura a una “ponencia” que, dijo, fue objeto de una deliberación conjunta de todos los magistrados “artículo por artículo, punto por punto”.
El artículo 231de la Constitución, que instruye sobre el juramento presidencial, establece que “si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia”.
El martes, el vicepresidente Maduro dijo que Chávez no podría estar hoy en el acto de juramento “de acuerdo con las recomendaciones del médico”.
La presidenta del TSJ señaló en su comparecencia que la “juramentación puede efectuada en una oportunidad posterior al 10 de enero del 2013 ante el TSJ, de no poder realizarse dicho día ante la AN”.
Al no limitar el plazo que debería cumplir Chávez, la situación actual —un gobierno con un presidente virtual— podría extenderse meses e incluso años, mientras no se produzca una mejoría en la del mandatario que le permita regresar a Venezuela.
Crítica de Capriles. El líder de la oposición y candidato presidencial, Henrique Capriles, lamentó que el Tribunal Supremo dictara de forma “partidista” para beneficiar al gobierno.
“Es obvio que el TSJ decidió sobre un en el que el del Gobierno necesitaba el aval; es lamentable porque las instancias no deben responder a un partido”, declaró.
“Hoy será el día de una triste payasada latinoamericana”
El ex embajador de Venezuela ante la ONU, Milos Alcalay, pidió ayer por carta a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que impida la “ruptura democrática” que, a su juicio, supondrá la continuidad del actual Gobierno sin que el presidente Hugo Chávez asuma su nuevo mandato.
“No es la primera vez que el Tribunal Supremo sorprende con una decisión cantinflesca”, dijo Alcalay, quien consideró que “no puede decir que mañana se inicia un nuevo periodo presidencial y al mismo tiempo respaldar la continuidad de los ministros” que, como Maduro, “no han sido electos”.
“Irán algunos presidentes extranjeros”, entre los que figuran los mandatarios de Uruguay, José Mujica, y Bolivia, Evo Morales, para “celebrar el día de la no asunción”, en lo que será una “triste payasada latinoamericana”, pues “el presidente que debería jurar no estará”, afirmó el dirigente opositor. El último mandatario en anunciar que estará presente en Caracas es el nicaragüense Daniel Ortega.
Alcalay sostuvo que Brasil, país en donde fue embajador entre 1997 y 2001, incluidos los primeros tres años de Chávez en el poder, tiene “un papel fundamental en América Latina” y debe constituirse en una suerte de “guardián de la democracia” regional.
Quien no viajará hoy a Caracas es el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, otro mandatario considerado un discípulo del nuevo credo bolivariano que imparte Chávez.
Tras expresar su “total apoyo” a Chávez, dijo que en el supuesto caso de éste no pudiera actuar como gobernante, eso sería un “golpe” para América Latina “pero nadie debe ser imprescindible”. “Todos somos necesarios pero nadie debe ser imprescindible, y el proceso revolucionario en nuestra América deberá continuar”, sostuvo.
El ex embajador de Venezuela ante la ONU, Milos Alcalay, pidió ayer por carta a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que impida la “ruptura democrática” que, a su juicio, supondrá la continuidad del actual Gobierno sin que el presidente Hugo Chávez asuma su nuevo mandato.
“No es la primera vez que el Tribunal Supremo sorprende con una decisión cantinflesca”, dijo Alcalay, quien consideró que “no puede decir que mañana se inicia un nuevo periodo presidencial y al mismo tiempo respaldar la continuidad de los ministros” que, como Maduro, “no han sido electos”.
“Irán algunos presidentes extranjeros”, entre los que figuran los mandatarios de Uruguay, José Mujica, y Bolivia, Evo Morales, para “celebrar el día de la no asunción”, en lo que será una “triste payasada latinoamericana”, pues “el presidente que debería jurar no estará”, afirmó el dirigente opositor. El último mandatario en anunciar que estará presente en Caracas es el nicaragüense Daniel Ortega.
Alcalay sostuvo que Brasil, país en donde fue embajador entre 1997 y 2001, incluidos los primeros tres años de Chávez en el poder, tiene “un papel fundamental en América Latina” y debe constituirse en una suerte de “guardián de la democracia” regional.
Quien no viajará hoy a Caracas es el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, otro mandatario considerado un discípulo del nuevo credo bolivariano que imparte Chávez.
Tras expresar su “total apoyo” a Chávez, dijo que en el supuesto caso de éste no pudiera actuar como gobernante, eso sería un “golpe” para América Latina “pero nadie debe ser imprescindible”. “Todos somos necesarios pero nadie debe ser imprescindible, y el proceso revolucionario en nuestra América deberá continuar”, sostuvo.
La Crónica, 10 de enero.
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