Reeligen a Diosdado Cabello como jefe del Parlamento venezolano

El Gobierno venezolano mandó ayer un mensaje de unidad con la reelección del polémico militar Diosdado Cabello, de 49 años, como jefe del Parlamento. La inusual asistencia al evento de los pesos pesados del proceso —encabezados por el vicepresidente y sucesor político designado por Chávez, Nicolás Maduro— quiso disipar los rumores de tensiones internas en las heterogéneas corrientes del chavismo.

“Ven acá Nicolás, que tú eres mi hermano. Todos somos hijos de Chávez”, dijo Cabello, tratando así de disipar los rumores de un enfrentamiento con Maduro, líder de la otra gran corriente chavista, menos castrense y más castrista.

Papel clave. Aunque Maduro es oficialmente el sucesor de Chávez, como designó a dedo el mismo presidente antes de viajar a Cuba, Cabello se erige como clave en el futuro inmediato de Venezuela, ya que la Asamblea Nacional, que él presidirá, será la que deba decidir la semana que viene si el actual mandatario está en condiciones o no de seguir gobernando.

Aunque Chávez fue reelegido en octubre con amplia mayoría, si no estuviera en condiciones de asumir la presidencia el 10 de enero será el legislativo quien determine su eventual “ausencia definitiva” y Cabello asumiría temporalmente el poder para convocar nuevas elecciones.

Buscando ganar tiempo, Cabello reiteró que la fecha es un mero formalismo y que la juramentación puede serdemorada hasta ver cómo evoluciona el presidente, cuyo diagnóstico a 18 meses de la primera cirugía sigue siendo un secreto de Estado.

“El 10 de enero jamás se convertirá en una fecha para que la voluntad popular sea vulnerada”, advirtió.

Sobre este asunto, la oposición volvió a insistir ayer en que si el próximo jueves Chávez no está en Caracas para asumir el nuevo mandato debería ser sustituido de forma interina por Cabello, en su calidad de titular de la Asamblea Nacional.

Todo el poder. El primer acto de Diosdado como reelecto presidente de la Asamblea Nacional fue un golpe de autoritarismo al maniobrar para que en la nueva mesa directiva del legislativo no se siente ningún representante de la oposición, pese a que ésta controla un tercio de los escaños y obtuvo la mayoría del voto popular en 2010.

El ex candidato presidente y líder de la oposición, Henrique Capriles, denunció esta maniobra de “odio y soberbia”, que busca ocultar una desgarradora crisis interna que se ha desatado ante la potencial desaparición de su líder.

La Crónica, 6 de enero.