Crédito, la gran apuesta


En la presentación del paquete de iniciativas de la reforma financiera, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que el crédito puede transformar la vida de una persona, el futuro de una empresa y también el destino de un país. “Es una reforma que buscará que los bancos, y éste es el propósito más importante, presten más y más barato”, dijo.
Y es que, agregó, el crédito es un “insumo fundamental” para acelerar el crecimiento de cualquier economía. Y en México, además de ello, es una demanda sentida, hoy, entre la población.
Ya con la crisis del Pacto por México superada, el jefe del Ejecutivo federal y los dirigentes nacionales de PRI, César Camacho; PRD, Jesús Zambrano, y PAN, Gustavo Madero, firmaron y presentaron el paquete de 13 iniciativas de reforma al sector financiero que ayer mismo fueron enviadas a la Comisión Permanente y de ahí a la Cámara de Diputados.
Con esas iniciativas se busca redefinir el funcionamiento y la operación de la banca privada y de desarrollo. El paquete podría ser aprobado en un periodo extraordinario de sesiones.
En el acto, realizado en el alcázar de Chapultepec –mismo sitio donde el pasado 2 de enero se firmó el Pacto por México–, Peña Nieto dijo que la banca mexicana, lejos de ser un problema o una vulnerabilidad, como quizá lo fue en el pasado, hoy es uno de los pilares de la estabilidad económica del país. “Las fortalezas de la banca, hay que decirlo, son fortalezas de México”.
Sin embargo, consideró paradójico que siendo uno de los sistemas financieros y bancarios más sólidos y robustos del mundo, el de México también sea uno de los que menos prestan a escala global. Como ejemplo, dijo que aunque las micro, pequeñas y medianas empresas generan 74 por ciento de empleos, sólo tienen acceso a 15 por ciento del financiamiento.
En su oportunidad, el perredista Jesús Zambrano lanzó una fuerte y añeja crítica a las bancas privada y de desarrollo; calificó a la primera de “banca usurera” y “agiotista”, cuyas ganancias son producto de las altas tasas de interés y de las elevadas comisiones que cobra, mientras la segunda, dijo, no apuesta al desarrollo del país y exige más garantías que la propia banca comercial, también con elevados intereses.
El dirigente perredista aseguró: “Lo que tenemos es una banca usurera, que no arriesga, que no apuesta al desarrollo; tenemos, lamentablemente, una suerte de agio bancario, un moderno agiotismo en nuestro país”.
En la lista de reproches, Zambrano sostuvo que el mercado bancario y financiero está “monopolizado”, pues prácticamente lo controlan cinco instituciones y no existen verdaderas condiciones de competitividad para otros intermediarios financieros, principalmente los pequeños.
Destacó que con las reformas se pretende recuperar también la rectoría del Estado para impulsar el desarrollo.
Incluso, ante una mirada nerviosa de Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, el dirigente del PRD aseguró que esta institución “no ha querido hacer uso de sus facultades” para influir en aspectos fundamentales que obliguen a la banca a impulsar el desarrollo del país.
En el inicio de su intervención, Zambrano puso el nombre del priísta César Camacho como dirigente nacional del PAN, situación que generó sonrisas entre los asistentes, y en un intento por salir del escollo, expresó su deseo de que este yerro involuntario “no rompa el pacto”, palabras que también generaron sonrisas y aplausos del auditorio, incluido Peña Nieto.
Momentos antes, el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, aclaró, para el público en general, que este paquete de reforma financiera no es una reforma fiscal, pues ésta, dijo, está considerada más adelante, en un periodo ordinario de sesiones.
Señaló que el PAN se reconoce como parte de esta iniciativa, pero esto no anula una profunda revisión de la misma por el Legislativo, aunque mostró su disposición de llevar este proyecto a buen fin para que pueda ser dictaminada con el enriquecimiento de las aportaciones de los legisladores y de los actores involucrados.
César Camacho dijo que los acuerdos hasta ahora alcanzados y la voluntad expresada por las fuerzas políticas, demuestran que el Pacto por México “ha cobrado una fuerza que no deja de sorprender y ha adquirido un ritmo que no se debe perder”.
Y al igual que sus homólogos de PAN y PRD, aseguró que las iniciativas deberán ser discutidas, analizadas y enriquecidas por el Legislativo, que también deberá escuchar a todos los sectores involucrados e interesados en participar.

José Antonio Román y Roberto González Amador, La Jornada, 9 de mayo.

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