Migrantes la lucha por la ciudadanía


HOUSTON, Texas.— La mañana transcurre cuando una docena de activistas de organizaciones pro migrantes en Houston, Texas, se reúnen en una oficina para definir su estrategia en la junta que tendrán con el equipo del senador federal republicano Ted Cruz, opuesto a la vía de la ciudadanización en la reforma migratoria.
Se trata de parte del núcleo duro de luchadores locales en defensa de la comunidad latina, particularmente indocumentada, que actúa desde distintos frentes: derechos laborales, migratorios, político-electorales.
En el grupo acuerdan lo que expondrá cada uno en la reunión cuando Alain Cisneros, dirigente de Texas Organizating Proyect (TOP), informa angustiado:
“Miembros de TOP fueron detenidos hoy a las seis de la mañana en su casa y los pusieron en proceso de deportación”. Las deportaciones, 1 millón 600 mil registradas bajo el gobierno de Barack Obama, es una de las preocupaciones que este frente de organizaciones, algunas grandes y otras pequeñas, enfrentan cotidianamente mientras a la par pugnan por la legalización de 11 millones de latinos indocumentados.
No obstante, enfrentan más desafíos: comienza una oleada de fraudes por abogados que ya prometen la legalización cuando no hay una ley definitiva, les faltan recursos y personal, y la derecha tiene los medios para frustrar una ley migratoria integral.
Carlos Duarte, director de Mi Familia Vota sede Houston, dice que esos retos no son sólo locales ni latinos, por lo que junto a activistas asiáticos y de minorías afroamericanas, de 40 organizaciones grandes como la suya, conformaron en el país la coalición Alianza para la Ciudadanía.
La coalición impulsa estrategias de comunicación, de campo y legislativas, explica, y entre estas últimas está el cabildeo con legisladores conservadores como Cruz, de ascendencia cubana, por la obtención de la ciudadanía.
Advierte sobre los embates en el Congreso: “Hay muchos lobos disfrazados de ovejas que van a decir que están a favor de la reforma migratoria pero van a hacer lo posible por descarrilarla”.
Desafíos comunes
Houston, con 3 millones de habitantes, 45% latinos, de los cuales uno de cada cinco es indocumentado, es un microcosmos de lo que sucede en el plano nacional en la contienda por la reforma migratoria. Cisneros estima que se trata de una batalla por la sobrevivencia: “Económica, a la violencia en sus lugares de origen, por la reintegración familiar, pero es sobrevivencia”.
Y en esa batalla, estos combatientes sociales echan mano de todos sus recursos: marchas, mítines, información de casa en casa, entrevistas a medios de comunicación, capacitación a líderes comunitarios, foros, campañas de llamadas a legisladores en Washington.
La dirigente del Service Employees International Union (SEIU), Elsa Caballero, que aglutina alrededor de 9 mil afanadores y trabajadores de restaurantes, hospitales, y oficinas administrativas, de los cuales más de la tercera parte son migrantes, explica, por ejemplo, que en su caso afianzan una red interna.
En Houston su sindicato ha capacitado a 100 trabajadores de edificios de oficinas, y de éstos “diez están capacitados sobre reforma migratoria para hablar con los otros”.
Distintas son las herramientas de César Espinosa, “soñador” al frente de Familias Inmigrantes y Estudiantes en la Lucha (FIEL): Facebook y Twiter.
“Tenemos 3 mil seguidores”, apunta, “pero manejamos otras páginas de internet sobre casos de deportación y entre todas sumamos de 40 mil a 50 mil seguidores”.
Sin embargo para el abogado de 27 años es importante enfatizar que si bien los “soñadores” lograron un permiso temporal gracias a la Acción Diferida, la reforma migratoria no debe darles ventaja sobre familiares indocumentados de mayor edad o menor nivel educativo.
Por esa razón, en el verano su organización llevará a 50 familias indocumentadas a Washington para que expongan a los legisladores el impacto que tendría la separación de sus integrantes.
Dice que por sus procesos de solicitud a la Acción Diferida observan ya cuál será uno de los mayores obstáculos para quienes soliciten la esperada legalización: “Obtener documentos de identidad no sólo del consulado mexicano, sino de cualquier consulado”. Tienen casos de espera de seis meses para tramitar un pasaporte mexicano. EL UNIVERSAL buscó una entrevista con el personal del consulado mexicano en Houston, pero a través de la vocera Lolita Parkinson se negó cualquier información.
Deportaciones al alza
“¡Que paren las deportaciones!” grita a coro una docena de activistas afuera del Houston Processing Center, uno de los seis centros de la región en los que se recluye a inmigrantes indocumentados antes de ser deportados.
Los manifestantes acompañan a algunos familiares, como la señora María Arteaga, venida de Tamaulipas, que dice que su hijo está recluido en ese centro desde hace dos años tres meses porque se le detuvo en posesión de 1.5 gramos de mariguana. “Es mucho tiempo, tanto para él como para mi como madre”, lamenta.
En el mitin está presente Silvia Chicas, dirigente del Centro de Recursos para Centroamericanos (CARECEN), también parte de la Alianza Ciudadana, que alerta sobre la oleada creciente de deportaciones, en un promedio de mil 600 al día en el país, mientras en el Congreso se discute la reforma migratoria.
Expone: “Vemos diariamente de 10 a 15 casos de personas que llaman o van a nuestras oficinas a pedir ayuda porque no saben cómo localizar a sus familiares que han sido detenidos”.
En su opinión, Obama incumple su palabra de no deportar a gente con historial delictivo limpio o que comete delitos menores y que calificaría para la vía ciudadana, lo cual es urgente detener.
“Vemos que jóvenes que califican para la Acción Diferida y personas de estatus de refugiadas son deportadas sólo por una infracción de tráfico o por un crimen menor”, detalla.
Chicas advierte además que las deportaciones se recrudecerán en la frontera y los centros laborales después de aprobada la reforma migratoria. Es la paradoja de la lucha por la legalización: conseguida la ansiada reforma, no cesará la guerra migratoria por la sobrevivencia.
Laura Castellanos enviada, El Universal, 19 de mayo.

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